Diferente por diseño
La formación y experiencia de Weyhaeghe pueden considerarse atípicas, pero se adaptan muy bien a la filosofía de Modular. "Todos somos muy diferentes, pero la diferencia juega un papel muy importante en nuestra cultura. Como empresa, creemos firmemente en la necesidad de seguir nuestro propio camino, en ser audaces, incluso un poco locos,... pero nunca sin un buen motivo. Al contrario, siempre con la intención y el propósito de añadir valor y crear originalidad."
Qbini es el ejemplo perfecto. Cada elemento de la galardonada luminaria, con la excepción de la bombilla LED, se creó de forma especial desde cero. "Ninguno de sus componentes es común. Ni tan siquiera el reflector. Es un producto verdaderamente único, desde su fabricación, a su instalación, y a la clase de experiencia de iluminación que proporciona."
Base inspiradora de la construcción
¿Cómo se creó Qbini? "Por fuera, es una luminaria muy simple. El sistema de instalación está compuesto solamente de tres partes." Pero, tal como explica Weyhaeghe, el proceso seguido para llegar hasta ahí fue algo más complejo. Cada una de estas tres partes se diseñó, refinó, probó y perfeccionó, desde los materiales adecuados con resistencia térmica a la forma exclusiva y optimizada. Pero todo esto tuvo lugar ya después de haber determinado el concepto.
La idea del sistema de Qbini surgió de la audacia para innovar. "El tamaño tan pequeño de la luminaria presentaba numerosas dificultades técnicas", cuenta Weyhaeghe. Pero en lugar de verlas como dificultades, él las vio como oportunidades para hacer las cosas de forma diferente. "¿Y si pudiésemos instalarla a presión en lugar de usar tornillos? ¿Podría ser? ¡¿Por qué no?!" Con este método, Weyhaeghe también encontró modos ingeniosos de integrar una deslumbrante potencia de 400 lm en cada diminuta luminaria, y garantizar una representación de colores excepcional. La perfección se alcanzó mediante pruebas, errores, determinación y experimentación con distintas posibilidades.
Atractiva por naturaleza
Al igual que el diseño de Qbini viene inspirado por las cajas de formas con las que jugábamos de niños, los principios de ingeniería aplicados también encierran la influencia de la simplicidad de los juguetes infantiles. "Los juguetes para niños son tan simples y duraderos. Su funcionamiento es tan sencillo que no nos damos cuenta ni pensamos en cómo están hechos. Este era nuestro objetivo para Qbini. Queríamos que todo el esfuerzo de pensar e idear quedase a nuestro cargo, de forma que el consumidor solo tuviese que instalar la luminaria sencillamente a presión. Qbini es así de simple porque sus componentes son altamente técnicos."
Así, no es ninguna sorpresa que el sistema de instalación patentado sea realmente "juego de niños". Es literalmente tan fácil como contar hasta tres. Empujamos Qbini una vez para instalar la luminaria en la primera posición. La empujamos una segunda vez para lograr el empotrado profundo. La empujamos una tercera vez para extraerla.